lunes, septiembre 05, 2005

Dejar vivir, para sobrevivir


Liberación de fauna en El Cimatario
Maria del Carmen Siurob
27 de Agosto de 2005

Corrieron perdiéndose tras la hierba, persiguiendo la libertad

Crece la ciudad invadiendo terrenos agrícolas y forestales, desde grandes explanadas hasta pronunciadas barrancas, en una diacronía de acciones municipales, donde los intereses privados y el poder del dinero pasan encima del interés público, del famoso mencionado bien común que más parece una diatriba dirigida al pueblo, ciudadanos que esperan, que tienen fe en que se cumpla la defensa de sus derechos, que realmente se realice una planeación adecuada para mantener la calidad de vida en esta ciudad y que día a día observan perderse en el horizonte su esperanza y su confianza en el futuro de esta creciente ciudad que cada nuevo desarrollo se parece más a la inhabitable ciudad de México.
El crecimiento urbano invade la zona agrícola destruyendo sin piedad el hábitat de la fauna silvestre que muere entre el ruido y las afiladas garras de las maquinas o en las manos de los albañiles o de jóvenes, adultos o niños que gozan al matar un pequeño animal que corre asustado ante la invasión de la zona donde come y vive.
Pero aún en esta vorágine del crecimiento moderno, existen ejemplos de caridad, de sensibilidad y amor a la naturaleza como la de las familias Diaz y Montiel Pichardo quienes rescataron un tlacuache y un armadillo para liberarlos en los terrenos del Parque Nacional EL CIMATARIO, llevándoles amorosamente a la libertad entre frondosa vegetación, frente una nueva vida de respeto.
Este hermoso Parque que se ha convertido en el albergue de la fauna que está siendo desplazada de su hogar por los nuevos desarrollos urbanos, donde los animalitos se amparan en las laderas del cerro de Sta Teresa y El Cimatario, convirtiendo este sitio en su nuevo refugio.
Entre el correr del viento, la olorosa hierba y el crujir de los troncos y ramas que dejan escurrir el agua por sus costados resbalando ligera, suave y lentamente hasta su más profundo interior, pegándose a sus raíces hacia lo profundo de la tierra, encontrando rocas fracturadas y porosas para llegar a un acuífero agotado del valle de Querétaro.
Esta área natural que noblemente regala a los queretanos la riqueza grandiosa de sus servicios ambientales, que transforma contaminantes como el bióxido de carbono en precioso oxigeno y fija el nitrógeno al valioso suelo, entre su vegetación se retiene el agua impidiendo que se inunde el valle, detiene su velocidad para que se pueda filtrar.
Ese dosel de árboles característicos de esta zona de Querétaro que impide que lleguen los vientos borrascosos destruyendo todo a su paso, convirtiéndoles en suave brisa que quita el calor agobiante que irradia la mancha urbana generada por sus calles asfaltadas y el concreto de sus construcciones, regalando una suave humedad aminorando la sequedad de las ciudades
Un Parque Nacional cercano a una ciudad que vigila desde sus alturas la veleidosidad de los humanos y da seguridad a seres vivos indefensos, el coyote macho ( simaethe = coyote, iro = macho, idioma Chichimeca Jonaz), el monte blanco aquel que observa entre nubes, que se asoma a ver el valle en el correr de los años donde se asienta la población, entre un abrir y cerrar de ojos de su edad geológica, aquel que desde el principio de la ciudad fue su guardián como lo mencionan las antiguas culturas.
EL CIMATARIO, esperando la solidaridad de la población, el reconocimiento a los muchos bienes que ofrece a los queretanos un Parque Nacional que renace a la visita de la población, que pasa su prueba de fuego ante la incontenible sed de destrucción de la raza humana, esperando romper paradigmas para formar adultos, niños y jóvenes para que aprendan a convivir con la naturaleza, ante una nueva forma de visitarlo, las visitas guiadas.

Nota: para visitar el Parque Nacional EL CIMATARIO, por favor llame a los telefonos (442)2488466 y (442) 2488545 para apartar su sitio en las visitas guiadas

Maria del Carmen Siurob Carvajal

1 Comments:

At martes, octubre 04, 2005, Anonymous Anónimo said...

En realidad la sabia decisión del Lic. Burgos de cerrar el parque despues de aquel incendio devastador fue muy acertada.

Tengo muy buenos recuerdos de días de campo en ese lugar :D

Argos

 

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